El Valle del Sabor y sus Delicias
Sí, es verdad, Bogotá no es el ombligo del mundo, aunque para mí siempre lo sea, lo mejor siempre viene de allá. Sin embargo, esta idea absurda se me ha quitado con el paso del tiempo, y llego a reconocer que hasta ahora estoy entendiendo que en otras partes también se come bien, y muy bueno. Uno de estos casos es el Valle del Cauca. Esta zona de Colombia tiene su encanto más allá de sus paisajes y su gente buena. Lo mejor es su comida. Esta conclusión me llevó a indagar cuáles son las comidas típicas más sabrosas y reconocidas. He aquí los resultados:
Sancocho de Gallina: Su majestad, se distingue de otras versiones por su forma de preparación. Su base es la gallina y se acompaña con arroz y plátano. Los que están en dieta omiten la ensalada. Dicen los que saben que sabe mejor si se cocina en leña. Nadie me ha invitado hasta ahora para decir lo contrario.
Las Empanadas: Sí, son las mismas de otras partes, dije yo, pero según un amigo las de allá son mejores porque se rellenan de guiso de carne y papa, y se acompañan con ají, ojalá de cebolla larga para que pique.
Arroz Atollado: Este no falta en cualquier celebración. El truco está en que el arroz no quede seco, que quede mojado pero no caldudo. Es como una versión criolla de una paella valenciana, solo que esta lleva papa, pollo, carne de cerdo, y, si se puede, hasta chorizo.
Lulada: Como su nombre lo sugiere, esta viene del lulo, o naranjilla como lo llaman en otras partes de Hispanoamérica, o para que suene internacional, "sour apple". Esta es una bebida refrescante que se sirve dulce, acompañada de zumo de limón, del verde, no del amarillo (eso no es limón).
El Champús: Debo admitir que la primera vez que vi esa “mezcolanza” no me pareció nada apetitosa. Después de probarlo me dije: “¿Dónde habías estado?”. Esta bebida está elaborada a base de maíz y frutas como lulo y piña. Deliciosa.
Manjar Blanco: Valluno que se respete es dulcero por naturaleza, y este hace parte de su carta gastronómica. El principal ingrediente es la leche, y su preparación es lenta. Tiene un color parecido al dulce de leche o arequipe, pero su textura es diferente (es arequipe, solo que se vende en totuma).
El Valle del Cauca no solo deleita con su diversidad cultural y paisajística, sino que también conquista corazones con su riqueza gastronómica. Cada plato y bebida cuenta una historia, una tradición que ha pasado de generación en generación. Estas delicias son el reflejo del amor y la autenticidad de su gente, haciendo del Valle un lugar inolvidable para quienes buscan experiencias culinarias únicas. Si aún no has probado estas maravillas, es momento de dejarte sorprender por el sabor del Valle.
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